Publicado por Francisco Fuentes Siminiani

4 elementos para 4 mundos: Bastos y fuego; aire y espadas; copas y agua; oros y tierra

Este pasado mes de septiembre ha sido para mí un mes de “recolocamiento”. He podido poner a prueba si los proyectos que me había propuesto para este año eran o no factibles: el gimnasio, finalmente, no ha cuajado… Me falta voluntad para ir 3 días en semana, como me había propuesto. En cambio, hay otros proyectos que sí siguen adelante. El de escribir mi artículo mensual para la revista Flippityfop sigue en pie. Debo decir que cada mes me reconforta más este espacio que hemos creado. Siento más cerca a mis lectores. Diría que, poco a poco, se está fraguando una cierta afinidad virtual… o al menos, así lo siento yo.

Cuando se escribe para un público, considero que una de las cosas más importantes a tener en cuenta es la responsabilidad que conlleva “enviar un mensaje al universo”. Las palabras pueden ser muy persuasivas, pero por eso mismo, hay que tener mucho cuidado con la carga que contienen. Una palabra puede contener alimento para el espíritu pero también puede resultar tóxica y envenenar al interlocutor. Hay quien deliberadamente se expone públicamente con el ánimo de causar animadversión a quien escucha. De hecho, no pocos programas en la televisión se basan en esta premisa de fomentar la confrontación, con la idea de buscar telespectadores que disfruten presenciando la exaltación y la agitación fruto de una acalorada discusión. Debe ser que no encuentran otras formas de entretenerse…

Foto: Frimages

En general, pareciera que existe dentro de nosotros una parte que tiende a buscar la separación como mecanismo de individuación; algo en nosotros necesita, de algún modo, hacernos sentir seres diferenciados de otros. El sentimiento de sentirnos “especiales” es siempre una sensación grata que todos agradecemos.

Tal vez por eso, cuando no podemos sentirnos “únicos” desde el amor, buscamos hacerlo desde el odio, porque al fin y al cabo, la sensación de sentir que “somos especiales” parece empoderarnos, ya sea en un sentido positivo o negativo.

Sin embargo, es preocupante cuando encontramos a gente que necesita reiteradamente humillar a alguien, para sentirse valorada, como si no pudiera sobresalir, si no es hundiendo a los que tiene cerca. Esto es algo, por ejemplo, que se ve a menudo en debates políticos, en los que en lugar de prevalecer un discurso constructivo de un partido X, vemos que las intervenciones dedican a menudo la mitad del tiempo, o más, a descalificar al oponente, como si eso fuera suficiente para destacar. Es aquí donde se echa en falta la integridad y la coherencia de personas que están seguras de lo que hacen y no necesitan criticar a los demás para “convencer”.

Claro que esa convicción interna no es algo que surja de la noche a la mañana. La coherencia es algo que se va construyendo con el tiempo, fruto de actos que se realizan, conforme a un principio de acción común, estable y no sujeto a cambios y oscilaciones.

Como ya sabemos, en Cábala podemos establecer una primera ponderación entre la columna de la izquierda (más YANG) y la de la derecha (más YIN). En artículos anteriores hablamos ya de esa componente de rigor y severidad que incluyen las esferas de Binah, Guevurá y Hod, y la otra parte más ligada al amor y la misericordia, que componen Jokmah, Jesed y Netzaj. Podríamos asemejar esta visión dual del Ser Humano a los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro: el primero mucho más cerebral, analítico y lógico; mientras el segundo se orienta más a la conexión de ideas, la intuición y las emociones.

Además de esta división básica dentro del árbol de la vida, podemos estudiar otras formas de ver qué elementos influyen en que la configuración de una persona sea más consistente y equilibrada:

Una de las que menos se comenta en cábala (no sé porqué) es la de los 4 elementos propios de la astrología (tierra, agua, aire y fuego). En Cábala la tierra se asocia al cuerpo físico y material; el agua, más ligada a las emociones, es la causante de los problemas asociados a los líquidos corporales, como puede ser el sistema linfático o las mucosas; el aire, atribuido a las ideas y los pensamientos, puede originar problemas respiratorios, mientras que el fuego, ligado al espíritu, es el causante de problemas en el sistema neuronal por su semejanza con “las chispas y la electricidad”.

los 4 elementos

Foto: Esquema de francisco Fuentes sobre foto de Envato

Así, cuando una persona tiene equilibrados los 4 elementos, es más probable que se comporte de una manera ecuánime y ponderada, haciendo corresponder su forma de pensar (aire) con su sentir (agua), actuando en consecuencia (tierra) para integrar lo que sabe intuitivamente (fuego).

Obviamente, la distribución de elementos nativos de cada persona es diferente, pero puede servirnos para tener una primera aproximación al temperamento de la persona de una forma similar a como podríamos hacerlo en astrología.

Desde la visión de la Cábala hay dos elementos que tienen una cualidad más densala tierra y el agua.

La tierra sería el elemento más sólido de todos; su finalidad es eminente “yin”, es decir, busca “conservar” materia, ya sea a base de almacenar cosas tangibles o bien produciéndolas. Una persona con un gran porcentaje de tierra querrá ver resultados por encima de todo, y será más bien pragmática, pues necesitará hechos para poder sentirse segura.

El elemento agua sería el segundo elemento “yin” por excelencia; su presencia contribuye a densificar las emociones, para ponerlas en acción. Tierra y agua son elementos más receptivos (hacia dentro).

En cambio, el aire y el fuego son considerados elementos más etéreos, es decir, de mayor volatilidad; su función no es tanto la de recibir como la de dar. Aire y fuego serían los que contribuyen a crear relaciones, promover ideas, difundir proyectos… Son elementos que impulsan a exteriorizar (hacia afuera).

Una de las diferencias esenciales entre la Astrología y la Cábala es la distinta atribución que hace el árbol de la vida al reparto de elementos. Esto viene dado por la concepción de la Cábala de los 4 mundos: desde el mundo superior de Atziluth (ligado al fuego), en el cual la conciencia está más expandida y es capaz de mutar y transformarse, desapegándose de la persona hasta el mundo de la materia en Assiah, que es aquel donde las cosas se materializan y el ser humano enraíza cuerpo y tierra.

Entre medias estaría el mundo de Yetzirah o de las Formaciones, donde el aire y lo mental predominan para dar formar a los deseos por medio de las ideas y, por último, el mundo de Briah, donde domina el elemento agua, para adecuar las ideas a la forma.

Bruce Lee definía muy bien esta variación en la forma cuando hablaba del agua, al adaptarse al recipiente que la contiene, sin cambiar su esencia. 

En mi opinión, algo así ocurre con las personas cuando equiponderan sus elementos: que son capaces de adaptarse a la situación que les rodea, sin importarles su constitución, porque por dentro saben quiénes son y no necesitan, por así decirlo, “demostrarlo”. Es por esto que en Cábala se diferencia entre el reparto de elementos “potencial” y la expresión real manifestada de esos elementos.

Por ejemplo, si hemos de conocer en cuál de los 4 Mundos alguien tiene mayor potencial innato, según el reparto de sus elementos, estudiaríamos la configuración de las esferas conforme a su árbol de vida natal.

Pero es posible que la persona tenga un gran potencial a desarrollar y no lo materialice porque su reparto de elementos está descompensado y le impide dar forma a ese don o talento que pueda tener.

Veamos estos cuatro casos, para entenderlo mejor:

  1. Exceso de fuego
los 4 elementos

Foto: Esquema de francisco Fuentes sobre foto de Envato

En este otro caso vemos un reparto equiponderado de los mundos de Assiah (tierra)Yetzirah (aire) y Briah (agua), pero destaca sobremanera el gran peso de las esferas superiores 1, 2 y 3 (Kether, Jochmah y Binah).

Ello redundará en una propensión en la persona a buscar la parte espiritual de sí mismo y del mundo en su conjunto, en detrimento de la esfera 10 (Maljut) que vemos que está muy poco desarrollada en la parte inferior del árbol.

El peligro de esta persona puede recaer en centrarse en exceso en la mística y la trascendencia humana, minusvalorando el mundo físico (tanto la parte material como la corporal). Este caso se suele conocer como el ego de la conciencia, por tratarse de personas a las que solo les interesa lo espiritual, despreciando los placeres terrenales.

2-Exceso de aire

Foto: Esquema de francisco Fuentes sobre foto de Envato

Aquí vemos la configuración de un hipotético árbol de vida de alguien que tiene claramente más desarrolladas las esferas del Mundo de Yetzirah (de la Formación).

Es probable que esta persona tienda a ser voluble y algo indecisa, dedicando mucho tiempo a reflexionar sobre las decisiones a tomar, dado el gran desarrollo de su esfera 8 (Hod). Será, por otra parte, una persona que precise bastante del contacto con los demás, rehuyendo, de algún modo, de la soledad, ya que precisará atenciones continuas que la hagan sentir segura, por la magnitud de sus esferas 7 y 9 (Netzaj y Yesod).

El bajo potencial de su esfera 10 (Maljut) le impedirá que sus proyectos se hagan realidad, perdiéndose en planes y deseos de futuro.

3-Exceso de agua

los 4 elementosFoto: Esquema de francisco Fuentes sobre foto de Envato

Aquí destaca sobremanera lo voluminoso de la esfera 4 (azul), llamando la atención el mayor desarrollo del Mundo de Briah (agua), al cual pertenecen las esferas de Jesed (4), Guevurah (5) y Tiferet (6).

Esto nos podría indicar que la persona vive su vida con un gran interés por expandir amor al universo. El hecho de tener también fuerte la esfera 6 (Tiferet) podría suponer que se trata de alguien con un gran sentido de identidad personal, que se siente dichosa y plena; pero necesita conectar con el mundo para encontrar su autorrealización. Probablemente exista una propensión exacerbada a ayudar a todos cuanto le rodean, demostrando su generosidad con palabras y con actos. Un alto desarrollo del elemento agua nos hablará de una persona compasiva y volcada al mundo, pero además, el alto desarrollo de la esfera 10 (Maljut) nos indica, en este caso, que lleva al mundo de la materia su altruismo mediante actos y acciones reales.

4-Exceso de tierra

Foto: Esquema de francisco Fuentes sobre foto de Envato

En este último caso podemos ver que las esferas superiores están similarmente desarrolladas; podríamos hablar incluso de una persona bastante equilibrada.

Llama la atención, sin embargo, el volumen de la esfera 10 (Maljut), que nos hablaría de la querencia que existe hacia las cuestiones físicas y materiales del mundo. 

Aquí es probable que se trate de una persona muy productiva, que valore mucho la culminación de los proyectos. Seguramente sea alguien que no se ande por las ramas y busque concretar de manera práctica aquello que se trae entre manos, ya sea vender un producto si hablamos de un promotor de empresa, o tener familia e hijos, si hablamos de una relación amorosa o crear una ingente obra pictórica, si se trata de un pintor. En todo caso será alguien que de gran importancia a materializar en la tierra sus ideas y anhelos.


En estos esquemas hemos representado mediante diferentes tamaños los valores numéricos de las sefirot (esferas) para visualizar mejor gráficamente los valores numéricos de las esferas, aunque en realidad el árbol de vida, como ya sabemos, se expresa mediante números, a través de la gematría del nombre y los apellidos. Sin embargo, creo que visualizar el tamaño energético de cada esferas, puede ayudar al lector a comprender mejor los conceptos: así, a mayor tamaño de una esfera, mayor será el talento que la persona pueda desarrollar, aunque también, como hemos visto, puede ocurrir que un desarrollo excesivo de una sefirá puede redundar en una fijación u obsesión en una parte de su Ser. Sería parecido a cuando comenzamos algo con mucha pasión, pero luego no sabemos completarlo. 

Es necesario contar con un mínimo porcentaje de cada elemento, para poder culminar los procesos, pues de nada sirve tener grandes ideas si no las ponemos en práctica. Y a la inversa, igual de perjudicidal resultará ser un excelente “ejecutor”, si lo que hacemos no está sopesado y bien pensado… Entiéndase por ideas cualquier faceta humana a desarrollar (profesional, sentimental, familiar, creativa, etc.).

Desde el punto de vista cabalístico, resulta de interés estudiar las desviaciones dentro del árbol, porque muchas veces un don sobresaliente en una dimensión puede causar carencias en otras partes del árbol y derivar, por ejemplo, en niños prodigio que son excelentes tocando el piano, por poner un caso, pero que abusan de la técnica sin ponerle corazón y sentimiento; o personas que se centran mucho en fomentar una armoniosa relación de pareja (agua) pero se olvidan de sí mismas y sacrifican su faceta laboral, sintiéndose luego poco valoradas o que han sacrificado sus vidas sin obtener el reconocimiento necesario.

Por este motivo es fundamental conectar nuestro pensar con lo que sentimos y hacemos, para sentirnos cohesionados y realizados en nuestra vida. A buen seguro que este equilibrio no es fácil de mantener; ya está la vida para hacernos tambalear. 

De ahí que sea tan importante escucharnos a nosotros mismos, para detectar cuándo nos vamos hacia un lado o hacia otro:

¿Nos estamos perdiendo en divagaciones que no llevan a ningún sitio?

¿Me estaré dejando llevar demasiado por mis deseos?

¿O estoy entreteniéndome demasiado en los detalles de cómo hacer algo y pierdo la perspectiva global?

Foto: Esquema de francisco Fuentes sobre foto de Envato

El camino de la vida no es recto: nos hace dar bandazos de un lado para otro. Si no vemos cómo poner mesura y equilibrio, será fácil ahogarse con el mínimo inconveniente. Escucha qué parte de ti pesa más: ¿el explorador que le gusta iniciar las aventuras (aire), el enamorado de las emociones (agua), o el que se ancla en los recuerdos del pasado y prefiere vivir en la comodidad (tierra)?

Un poco de cada una es necesaria para avivar la llama interior (fuego)… pero sin quemarse 😉

Si quieres saber más de tu árbol de la vida visita nuestra web www.elarboldemivida.es

No te vayas sin tu regalo

TU ÁRBOL DE LA VIDA PERSONAL EN PDF

Responsable: FRANCISCO FUENTES.
Finalidad de los datos: Darte información.
Legitimación: Tu consentimiento de que quieres comunicarte conmigo.
Almacenamiento de los datos: Base de datos alojada en Mailchimp.
Derechos: En cualquier momento puedes limitar, recuperar y borrar tu información.